24 agosto 2006

LAS ZONAS DE EXPLORACION

Vamos a tratar de forma breve el grueso del macizo de la Utrera y zonas circundantes, poniendo especial énfasis en los cortes geológicos, es decir, en los accidentes del Canuto de la Utrera y en el Canuto de los Molinos (cauce del Río Manilva), por aportar datos significativos en profundidad sobre los materiales inmediatamente inferiores a los de superficie, ayudando así de una forma decisiva a la comprensión del comportamiento de las aguas y la formación de las hipogeas que las canalizan.
Es importante destacar que gracias a estas formaciones, en las cuales se basan los cortes, se han localizado redes de fracturas por las cuales el agua se sume y posiblemente arena, dando lugar, exteriormente a un paisaje seco, o acorde con una zona relativamente húmeda.
Nos encontramos en una zona de calizas jurasicas nodulosas, pertenecientes a las series Nalm y Dogger, rodeadas por calizas del Cretácico Inferior, muy proliferas en fósiles. Esta zona se engloba dentro de la Unidad de Casares, en la cual estas Calizas Jurasicas son las únicas, siendo más abundantes las Cretácicas, pero distando ya bastante del grueso de dichas calizas del punto de nuestro estudio.
Las calizas del Karst de la Utrera estratifican alternando entre calizas y calizas nodulosas, con potencias de varios metros, y el conjunto de todas ellas puede superar los 250 metros de espesor en algunos puntos.
Para la elaboración de éste informe hemos dividido el Karst en seis zonas bien diferenciadas:
EL CANUTO DE LA UTRERA.

Se trata de un cañón kárstico de unos 30 a 80 metros e altura media, de paredes verticales por el que corre un río de caudal invernal.
Los materiales que forman éste cañón son calizas jurasicas y pedernales de unos 20 metros de potencia, éstos últimos se encuentran en el extremo inferior de dicho cañón, situados sobre las calizas.
El Canuto coincide con una red de fracturas que cambian claramente el buzamiento de los estratos; progresivamente estos estratos van pronunciando su buzamiento hasta casi ser verticales al contacto con los pedernales.
La potencia supera los 100 metros, sin haber detectado la base de éste tramo. La edad es, al menos en parte, del Jurasico Superior.
EL FLANCO ESTE DEL KARST.
Esta zona, conocida también como La Rampa de las Hediondas, comprende los extremos del karst, donde se forman los primeros grados de inclinación, hasta la línea formada por el cauce del Río Manilva.
Es aquí donde nos encontramos con las redes de fracturas importantes y por ello con las cavidades de mayor relevancia del Karst del Utrera.
En este flanco el lapiaz se hace más abrupto y dificulta la posibilidad de un suelo mínimo en su parte alta y media; siendo en su base, junto al río, donde la vegetación comienza a ser exuberante, en ese contexto es donde nos encontramos con la Cueva Vieja y las dos simas Hedionda II y III.
EL CANUTO DE LOS MOLINOS.

Este Canuto comienza justo en la zona Este del Canuto de la Utrera, y transcurre por la parte baja de la Rampa de las Hediondas, siguiendo el cauce del Río Manilva y adentrándose hasta la zona Norte del Karst, perdiéndose en la franja de Flych Margoareniscoso, que separa el macizo de la Sierra Crestellina.
En la zona de perdida de la Charca del Estudiante, podemos encontrar fracturas de rumbo Este-Oeste, con algún desplazamiento vertical. En esta zona el Canuto de los Molinos se transforma en un cañón kárstico; precisamente aquí podremos encontrar dos cavidades formadas por el Río Manilva, la Cueva de las Palomas (CRS.4) y La Cueva de Siete Revueltas (CRS.7).
EL CANUTO CHICO.
Este Canuto es otra fractura, casi paralela al Canuto de la Utrera, y perpendicular al Canuto de los Molinos, su rumbo medio es Este-Oeste, y se encuentra separado del Canuto de la Utrera aproximadamente por 2 kms.
La altura media del cañón oscila entre los 60 y 20 metros; en su parte alta, disminuyendo sus alturas en tanto se acerca al Canuto de los Molinos.
LOS LLANOS.
Se encuentran en la zona final del macizo por su zona Oeste, y se trata de una planicie de materiales terciarios, compuestos por arenas, calizas y margas situadas algo más bajas que las areniscas de la margen izquierda del Río Guadiaro, y que las elevadas calizas jurasicas del Karst de la Utrera.
Por lo tanto funciona como cubeta acumuladora de agua, que va drenando hacia el Este, al Río Manilva, abriéndose paso a través de los cañones kársticos.
Es ésta característica de cubeta” de Los Llanos, la que junto a los procesos tectónicos, serán los causantes de los vistosos cañones que “trocean” el karst de la Utrera en sus extremos.
LOS CANCHOS DE LA UTRERA.
Es la parte más alta del Karst, en ella los estratos son prácticamente horizontales, dando origen a un modelado de tipo ruiniforme, con magnificas chimeneas de caprichosas formas, construidas por el agua y la abrasión eólica.
Dada la horizontalidad de los estratos esa zona se presta, con facilidad, a la formación de innumerables cavidades verticales. Se trata de una zona muy prolifera en simas y cavidades; algunas puramente tectónicas y otras meras prolongaciones del lapiaz. El proceso erosivo ejecutado por los elementos en esta zona del Karst, es de un alto valor geológico, y nos muestra vivamente la sensibilidad y permeabilidad de éstas calizas.
La fragmentación de las calizas es muy importante, y la maraña de fracturas que recorre esta zona forma un laberíntico panel de redes fracturadas con rumbos Norte-Sur y Este-Oeste.
LOS SECTORES.
La principal y básica norma del estudio, en Los Canchos de la Utrera y en el Canuto Chico fue la de realizar una exploración sistemática de las dolinas de descompresión y hundimiento, situadas en los márgenes Oeste, Este y Norte del Karst. Esta norma fue de primordial importancia, en base a las redes de fracturas existentes en estas zonas de exploración.
Debido a lo abrupto del terreno en estas zonas y a la complejidad de las redes de diaclasas y fracturas que se fueron localizando, y con el fin de poder determinar correctamente las situaciones de las cavidades localizadas, fue necesario delimitar varios sectores de exploración, dentro de estas mismas zonas.
En el Canuto Chico, se delimitó la zona que esta situada desde su entrada por el lado Oeste del Karst, hasta su unión con el Canuto de los Molinos, lo que forma un cuadrante donde se ubican varias cavidades que, aunque aún no ha sido factible, podría darse el caso de conexiones de las redes subterráneas. Este cuadrante lo llamamos Sector C-17.
En Los Canchos de la Utrera, fue más compleja la exploración del terreno, primero por su extensión y segundo por que tanto las dolinas de descompresión Oeste y Este son las más abruptas del sector.
En la zona Oeste, se delimitó un cuadrante que comprende desde el borde meridional del Canuto de la Utrera hasta el borde Septentrional del Canuto Chico. Este cuadrante lo hemos denominado Sector B-14.
En lo más intrincado de Los Canchos de la Utrera, en dirección Norte, y donde se forma un claro buzamiento del terreno, que lleva hasta la Rampa de las Hediondas, y en las cercanías del Sector C-17; localizamos otro sector de fracturas con dirección Oeste-Este. Este cuadrante ha sido denominado Sector A-25.
También, en los Canchos de la Utrera, y debido a su importancia, hubo que delimitar otro cuadrante de exploración, que abarca el grupo de fracturas que rompen hacía la Rampa de las Hediondas. Este cuadrante lo llamamos Sector D-12.
En la zona más Septentrional del Karst, en la confluencia del Canuto Chico con el Canuto de los Molinos, hubo que delimitar un nuevo sector, que abarca una amplia placa de buzamiento, y que llamamos el Sector E-47.
Las redes de fracturas y diaclasas de estas zonas kársticas están muy marcadas sobre el terreno, y la mayoría están abiertas, como ya hemos indicado, a favor de posibles dolinas de descompresión. La mayoría de las cavidades localizadas en ellas recorren las líneas de diaclasas formadas a favor de estas redes de fracturas.

Fotos: Felipe Román y Jorge L. Romo


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